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EJE IDEAS SOBRE ESTRATEGIA GENERAL

 

Nuestra crítica radical nos lleva a considerar que  el objetivo final es acabar con este sistema capitalista, estatal, tecnologista y antinaturaleza. Para sustituirlo por otro colectivista, comunitario, sin sometimiento de nadie y en acuerdo con la naturaleza.

Por eso la estrategia implicaría al menos dos planteamientos. Luchar y Construir.

 

1 - Construir: Es ir levantando una ALTERNATIVA DE VIDA basada en criterios de autogestión sin nada parecido ni al Estado ni al Capitalismo, bajo ninguna de sus formas. Con una economía sencilla, sustituyendo los procesos industriales  por formas más artesanales, con técnicas simplificadas perfectamente adaptadas y controlables por los humanos, con modo de vida preferentemente rural, o urbana muy diferente de la actual, en   intereracción con la naturaleza. Cooperativas integrales, monedas sociales, bancos de tiempo, grupos de autoproducción y consumo, etc., en fin, lo que hemos llamado como economía alternativa solidaria. Todo ello sin propiedad privada y con sistemas de producción y distribución cooperativos, sin trabajo asalariado. Organizado con sistemas de decisión asamblearios  locales, y federados libremente con otros en ámbitos más amplios incluso a nivel internacional.

 

2 - Luchar: Para conseguir acabar con este Sistema hay que mantener e incrementar el CONFLICTO Y ENFRENTAMIENTO con él. Empezando por tratar de llevar la crítica y el consecuente afán de cambio a todos los aspectos de la vida social, lo que implica la lucha ideológica correspondiente y el aprovechamiento de las contradicciones que se dan en muy diversos campos. Además hay que prever la evolución del capitalismo que puede eventualmente adaptarse a nuevas condiciones y no presuponer necesariamente su colapso.

La lucha, desde el simple enfrentamiento verbal a la rebelión generalizada, hay un amplísimo margen que se implementará según las circunstancias. El sentido común, la relación de fuerzas, la necesidad de permitir incorporarse a muchas más personas, nos indicarán el nivel, el alcance y su posible progresividad.

 

La clave es la decisión de responder, de oponerse a la injusticia, la determinación en el enfrentamiento, siendo los medios y tácticas mucho más circunstanciales.

En la producción (la lucha sindical en empresa o sector), no conformándonos con reivindicaciones economicistas y corporativas, sino dándole el horizonte razonado de que con el capitalismo y el estado nunca solucionaremos nuestros problemas, además de caminar a un abismo. Que por lo tanto es necesario el cambio social radical, que ahora hemos de ampliar añadiendo a los criterios igualitarios y antijerárquicos, los conceptos antidesarrollistas y ecológicos actuales. Pero tener en cuenta que incluso el sindicalismo más alternativo, de hecho está cayendo en un sesgo reformista que implica doble renuncia. En sus fines más cortos y en su forma de funcionamiento más burocratizada y menos participativa. Sería imprescindible cambiar esa tendencia.

 

Como millones de personas seguirán atrapadas en el Sistema, deberán luchar y enfrentarse a reivindicaciones clásicas, algunas vinculadas a lo laboral, como son la exigencia de trabajo para todos, con derechos y salarios suficientes. Esta exigencia no presupone admitir el sistema, sino que mientras no seamos capaces de cambiarlo o expandir suficientemente las alternativas, el pueblo tiene que comer y sobrevivir.

La nueva estructura de la producción, la tecnología y particularmente los sistemas de automatización, desde ya suponen la disminución drástica del trabajo humano que para el capitalismo es cada vez menos necesario. Esto y la precarización en aumento para el trabajo existente hacen que las luchas laborales-sindicales además de organizarse a nivel de empresa se abran a otro escenario más acorde con esta situación y más completo, donde encaje mejor la crítica global y los proyectos de otra sociedad.

 

El ámbito territorial, el pueblo o barrio donde se habita. Desde él la actual clase trabajadora puede agruparse, trabar una mejor relación y así enfrentarse al Capital-Estado. No sólo las y los asalariados con cierta fijeza, sino las y los precarios,  parados, jubilados, pensionistas, dependientes, trabajo doméstico, estudiantes, etc. Han de encontrar su fuerza en las zonas donde viven. Se puede estar parado o trabajar en sitios diferentes y en lugares y gremios distintos, pero se vive en un lugar concreto. Es aquí donde plantear resistencias y conflictos con continuidad, en todos los órdenes de la vida individual y social que se necesite.

 

Igualmente la construcción de formas alternativas autogestionadas de vida y de trabajo cooperativo, grupos artesanales, grupos de autoconsumo, de enseñanza o de sanidad alternativas, bancos de tiempo y trueque, etc,. Estas experiencias que ya existen en buen número, se pueden asentar en el medio rural pero también en el territorio urbano.

 

De esta manera se estará estableciendo una trabazón entre las dos líneas estratégicas que designábamos como Construir y Luchar, no planteándolas como antagónicas sino complementarias.

 APORTACIONES 

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